ignacio garcia de vinuesa

Desde ayer, el Centro de Arte de Alcobendas pasa a llamarse “Centro de Arte Alcalde García de Vinuesa” en reconocimiento a la labor del exalcalde. La ceremonia de cambio de nombre estuvo acompaña de un emotivo homenaje al ex regidor que, durante 12 años, estuvo al frente de la ciudad. Y donde la actual alcaldesa, Rocío García, destacó la importancia del centro como un referente cultural que ha albergado exposiciones de artistas nacionales e internacionales desde su inauguración un 16 de noviembre 2010 el propio Vinuesa.

El Ayuntamiento de Alcobendas ha decidido renombrar su Centro de Arte como 'Centro de Arte Alcalde García de Vinuesa' en reconocimiento a la labor del exalcalde Ignacio García de Vinuesa. La ceremonia de cambio de nombre se llevará a cabo el 3 de abril a las 18:30 horas. La actual alcaldesa, Rocío García Alcántara, destacó la importancia del centro como un referente cultural que ha albergado exposiciones de artistas nacionales e internacionales desde su inauguración en 2010. Este homenaje se suma a otras distinciones a exalcaldes de la ciudad.

La alternancia en el poder es consustancial a la democracia representativa, incluso una condición necesaria, aunque en ocasiones no es suficiente.

Desde hace años Alcobendas es reconocida por ofrecer de manera muy equilibrada casi todo aquello que un ciudadano busca en el municipio que ha elegido para vivir o trabajar. Alcobendas se auto proclamó en su día “Un Modelo de Ciudad” y era difícil encontrar a alguien que desde dentro o fuera discutiera lo acertado de ese slogan.

Desde hace ya bastante tiempo, Pedro Sánchez y el actual PSOE utilizan la misma estrategia para intentar justificar el terrible ambiente de crispación que rodea la política.

Es difícil recordar alguna ley o medida política que se haya aprobado en los seis años de gobierno de Pedro Sánchez, que haya ayudado a resolver los problemas de los españoles. Sin embargo seis años son suficientes para que casi todos hayamos experimentado algún cambio importante en nuestras vidas.

Me parece ocioso repetir machaconamente la muy larga retahíla de despropósitos que Pedro Sánchez está utilizando para mantenerse en el poder. Si acaso parece oportuno mencionar que cuando ya creíamos que había llegado a agotar la lista de cargas de profundidad contra nuestros pilares más valiosos, es capaz de diseñar otra argucia de trilero, prometiendo a los independentistas catalanes regalarles un dinero que hasta ahora se repartía entre los que lo necesitaban. Solidaridad socialista.

Desde que en 2018 Pedro Sánchez fue investido Presidente del Gobierno tras una moción de censura, no es posible recordar avance social alguno que haya generado su acción política. Durante estos tormentosos años los diferentes problemas que afectaban en todo o en parte a la sociedad española no solo no se han resuelto, sino que se han agravado, enmarañado y avanzado a callejones sin aparente salida.

Una de las estrategias más utilizada por la izquierda política es aquella según la cual el PP y Vox comparten el espacio comúnmente definido como extrema derecha. Es un argumento muy pobre y muy manoseado, pero para el sanchismo decir que el PP es la extrema derecha, resulta sumamente eficaz como descalificación global. Tan es así que no es posible recordar otra crítica más repetida y sobre la que insistan tan enfáticamente.

Las recientes elecciones al Parlamento Europeo se han celebrado sin que la gran mayoría de los votantes españoles tuvieran claro que tipo de programa defendía la opción que eligieron. Todos los medios que hemos tenido a nuestro alcance han dedicado mucho espacio a hablar de estas elecciones, pero muy poco al contenido político de las diferentes propuestas.

España no se merece un presidente que es capaz de montar un espectáculo tan esperpéntico como el de los cinco días de reflexión. No es digno del presidente del gobierno del Reino de España intentar tomar el pelo a millones de españoles. Todo ha sido una pantomima, otra mentira, esta vez estratosférica.

Hace ya demasiado tiempo que la actividad política nacional no genera ni una sola buena noticia. Es difícil identificar una sola iniciativa del gobierno de Sánchez que pueda considerarse beneficiosa para la sociedad.

No hay día en el que no aparezca una nueva exigencia de pago del chantaje que los independentistas catalanes quieren cobrar por mantener a Sánchez como presidente. Siendo la ley de amnistía el botín más repugnante que han exigido, y que Sánchez se ha prestado a entregar demostrando su indigencia moral, ética y política, no es corta la lista de otras peticiones que deben cumplirse si el gobierno pretende continuar como tal.

La Democracia en España ha cumplido ya más de 45 años, y nunca como hasta ahora habíamos estado tan cerca de cruzar la frontera y colocarnos del lado donde se ubican países democráticamente muy débiles.

Confieso ser uno de tantos miles de españoles que esperaban las elecciones del 23J con indisimulada esperanza y confianza. Se nos presentaba la oportunidad de poner fin a una etapa de nuestra reciente historia en la que la política practicada por el gobierno de Sánchez había socavado pilares básicos de nuestra estructura social, que empezamos a construir con enorme esfuerzo y generosidad en la Transición del 78.