Gabriel Castellano es hijo de unos de los fundadores y actualmente dirige como director el día a día y los quehaceres del colegio.
El colegio San Patricio cumple el próximo curso 50 años. Bodas de Oro para un centro educativo que a lo largo de este tiempo se ha convertido en un santo y seña del Distrito. En la actualidad, su director es Gabriel Castellano, hijo de uno de los fundadores del colegio.
- El proyecto nace en 1958 en la calle Serrano 200. Cuénteme un poco el inicio de esta larga y bella historia.
- Mi familia tenía cierta vocación desde el punto de vista educativo pero realmente fue mi abuela, que había tenido a sus hijas siempre en colegios internos porque quería que aprendieran idiomas y le daba rabia que se fueran tan lejos. Entonces, después de visitar varias veces el colegio y ver que había muchas cosas que le gustaban pero otras muchas que no, pensó que había llegado el momento de montar un colegio .
La idea era organizar un colegio basado en el aprendizaje de inglés y que fuera católico. Y fue ahí, dándole vueltas a estas dos premisas cuando surgió y se eligió el nombre del colegio, pues la única forma de vincular lo católico con el inglés pasaba por Irlanda prácticamente y qué mejor que elegir al patrón de Irlanda, San Patrick.
- Desde su fundación, ¿ cuáles son las líneas básicas de funcionamiento del colegio?
- Las líneas básicas eran mucha enseñanza de inglés con profesorado nativo, católico y grupos de alumnos que no fueran muy numerosos. Esas eran más o menos las señas de identidad y las siguen siendo. A partir de la apertura del segundo centro en El Soto de La Moraleja se marca definitivamente la línea para centros de tamaño mediano. Es decir, huir de los grandes colegios de tres mil alumnos. Apostamos por colegios de tamaño mediano lo suficientemente grandes y con buenas instalaciones. Entre los tres colegios hay un total de 2.000 alumnos. Tener colegios no muy grandes, te permite controlarlos mejor. Eso sí, te exige tener mucho más personal pero te permite atender de manera directa a los alumnos y conocerles un poco más.
- Desde el año 83, no se ha expandido la franquicia San Patricio, ¿hay planes de futuro? ¿Tienen en mente seguir ampliando su oferta educativa a otros sitios?
- Ha habido ciertos intentos y lo que pasa es que siempre ha existido mucha discusión interna. Es decir, San Patricio es lo que es, está donde está y digamos que está cerrado en cuanto a su inicio y final y no tiene más. La posibilidad de ampliación sería hacer otro centro en otro lado. Nos han ofrecido cosas e incluso se han estudiado y se han valorado en la zona Noroeste para hacer alguna iniciativa pero al final también es verdad que esto no es tan fácil. Cuando tratas de hacer las cosas lo mejor posible y estás pensando en muchas cosas a la vez es muy fácil que te disperses. Esto que no deja de ser una empresa familiar y que tiene muchos elementos de la familia en la propia gestión en los centros no es tan fácil ocupar otros espacios.
- De siempre ha existido una tradición de deporte y baloncesto en el colegio, ¿por qué?
- Puede haber dos razones básicas. Una el tamaño de los colegios. Si nos comparamos con cualquier colegio concertado de la época, todos tenían en su recinto un campo de fútbol. Cuando tienes un colegio del tamaño de los nuestros, que yo llamo tamaño medio, nunca cabe un campo de fútbol, sobre todo un campo de fútbol grande. Esa es una razón porque por afición y por gusto de los jóvenes el fútbol es el deporte más atractivo, sobre todo en los chicos, pero por otro lado al ser colegio mixto y no tener demasiadas instalaciones siempre se ha buscado que los chicos y las chicas hagan deporte de la misma manera.
- ¿Y ahora? ¿Sigue existiendo esa tradición?
- Encontramos dificultades por las exigencias federativas. Es decir, las federaciones deportivas no han cuidado ni cuidan el deporte escolar para nada. No sólo no lo cuidan, sino que yo creo, que lo hacen mal. Se basan más en los clubes deportivos, patronatos municipales, aunque estén dentro de los colegios y al final ponen unos requisitos desde el punto de vista económico, por un lado y desde el punto de vista organizativo que hacen que los colegios se vayan. Al final, tienes que conseguir encontrar una competición que te permita combinar todas estas cosas y ahora, nosotros que hemos estado tanto tiempo jugando campeonatos federativos estamos jugando campeonatos escolares precisamente con muchos colegios concertados. Por el hecho de ser católicos podemos entrar en las organizaciones de colegios religiosos y ellos son los que mejor organizado tienen las ligas.
- Uno de los proyectos de los que se siente más orgulloso es el de la Fundación. Nacida en 2001. ¿Con que filosofía nace? ¿Qué proyectos tienen en funcionamiento?
- La fundación nace como una inquietud más dentro del colegio pensando que hay primero cosas que como colegio privado nunca puedes acceder a determinadas instituciones.Por otro lado, después de cuarenta años de experiencia educativa tratar de extenderla a otros sitios y reflexionamos de qué manera podíamos acceder a otros sitios. En definitiva, ese es el ‘leif motiv’, básicamente de programas educativos no sólo de colegios El programa Aula Salud es un programa que se empezó a hacer en el colegio y que ahora se ha expandido a otros centros públicos con ayuda de instituciones financieras externas. El modelo del parlamento europeo, por ejemplo, es un programa fantástico. Hay que hacer unos trabajos relativamente serios por parte de los alumnos pues ya se están seleccionando y están participando un montón de colegios, no sólo de Madrid, sino de toda España. El modelo de parlamento europeo es una especie de simulacro de lo que sería un parlamento de sesiones, unas de medio ambiente, educación, etc.