Nunca se debe tomar el sol en las horas centrales del día, entre las 12 y las 16 horas y es imprescindible proteger la piel con una crema adecuada.
El protector solar debe aplicarse media hora antes de la exposición al sol. Los niños y las personas de piel blanca, pelirrojas o con pecas deben utilizar protectores con un filtro solar alto.
Después de cada baño hay que volver a protegerse. No hay que olvidarse de hidratar ni los labios ni los ojos.
Todas estas recomendaciones son importantes porque «la piel tiene memoria». Si durante toda nuestra vida la protegemos tendremos menos posibilidades de tener un melanoma en la edad adulta.