El asma es la inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias (los bronquios). Como consecuencia de este estrechamiento, se hace difícil respirar. En la mayoría de los casos (80%) el asma es de causa alérgica. Las personas predispuestas se «sensibilizan» a sustancias de su entorno, que denominamos alergenos (ácaros, granos de polen, escamas de animales, etc.). Al respirar de forma mantenida estas sustancias se produce una inflamación de las vías respiratorias y aparece el ataque de asma.
Se pueden prevenir los ataques de asma evitando las sustancias que puedan provocar los ataques. Si alguien de la familia sufre asma es recomendable, entre otros, mantener habitualmente las ventanas cerradas, no poner en la casa moquetas (retienen más polvo), evitar hacer ejercicio extenuante durante los días de mucha contaminación ambiental, alta concentración de polen o altos niveles de ozono.