La federación de tenis anunció ayer que Arantxa Sánchez Vicario, ex número uno mundial, será la seleccionadora femenina, cargo en el que sustituye a Mico Margets, en el puesto las 19 últimas temporadas. La ganadora de cuatro grandes firma por dos años y tendrá la oportunidad de dirigir al equipo femenino en los Juegos Olímpicos de 2012. Para ella no es una cosa cualquiera: ya volvió a competir tras su retirada (2002) solo por jugar los de Atenas 2004. La nueva seleccionadora, que debutará en febrero contra Rusia en la Copa Federación, tiene un reto mayúsculo.
España no tiene ninguna tenista entre las 25 mejores del planeta. El equipo, que cuenta con competidoras de indudable talento, como Carla Suárez, Anabel Medina o María José Martínez, no es un grupo dócil. Los pulsos entre la Federación y las tenistas no son excepcionales.
En 2010, las jugadoras amenazaron con dejar de competir con España y reclamaron más atención hacia el tenis femenino e igualdad de trato con los hombres. Fue necesaria la intervención del Consejo Superior de Deportes (CSD). Este mismo mes, la máxima instancia deportiva volvió a tener noticias suyas: recibió una carta firmada por las mejores en la que se pedía un cambio de seleccionador y el nombramiento de Javier Duarte, un técnico del máximo prestigio.
Finalmente, el cargo lo ocupará Arantxa. "Hemos podido incorporar a una leyenda del deporte femenino español al equipo de trabajo de la Federación", dijo José Luis Escañuela, el presidente de la Federación, que con el nombramiento de la exjugadora y el de Àlex Corretja en el equipo masculino apuesta por extenistas antes que por gestores de un perfil más técnico. "Su compromiso con España y con esta competición es el mayor de toda la historia de este torneo. Contar con Arantxa es la mejor de las garantías". "Estoy muy ilusionada", le continuó Sánchez Vicario. "Es un orgullo y una responsabilidad enorme". ¿Cómo ve las cosas su predecesor, que continuará trabajando en la Federación? "Está capacitada y lo merece", contestó, elegante, Margets, que sumó cuatro Copas y otras tantas finales. "Tras tanto tiempo en el cargo es lógico que haya llegado el relevo, aunque no haya sido como yo hubiera soñado. Me voy con el deber cumplido. Me quedo con los resultados, tan buenos, y las tenistas. Ha sido algo inolvidable". Más información en www.elmundo.es
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