Tomás Díaz-Valdés: Tras las vacaciones

Una lucha por la supervivencia ante una situación económica que sigue empeorando gracias a la gestión del Gobierno que preside Zapatero.
Pero como no hay mal que por bien no venga, nos queda el consuelo de lo que nos confirma nuestro Alcalde, Ignacio García de Vinuesa: "LOS IMPUESTOS MUNICIPALES SE CONGELAN" Además, continúa invirtiendo en nuestras urbanizaciones, a pesar de las críticas de la oposición, que no para en este sentido. Estos fueron los culpables de que nos tuvieron durante más de 23 años en un hastío sin precedentes en la historia de La Moraleja.
Mucho han aportado los residentes de urbanizaciones  a las arcas municipales durante cinco lustros. Y poco -por no decir nada- lo que han recibido nuestros vecinos. Por lo tanto, es un bien que vayamos a tener aceras donde caminar sin fracturarnos los tobillos, una vigilancia acorde con las necesidades de un barrio que lo estaba pidiendo a gritos y una zona que se ha convertido en el glamour de la restauración madrileña, como sucede en la Plaza de La Moraleja.
Sin embargo, estos bienes tan deseados por la mayoría tienen como consecuencia algunos problemas coyunturales que el Ayuntamiento intenta o al menos lo pretende solucionar. Me refiero a dos muy concretos: la dilación en la ejecución de las obras y la falta de aparcamiento en la zona donde se han ubicado más de una docena de restaurantes.
 A determinadas horas es prácticamente imposible aparcar un vehículo en la Plaza de La Moraleja. El único aparcamiento subterráneo esta  completo, el resto de las zonas también. Vemos coches invadiendo aceras y, lo que es peor, zonas ajardinadas. Una comisión del Ayuntamiento -según nos ha confirmado el propio Alcalde- está estudiando la solución. De Hecho hay varias y posibles alternativas como es la creación de un aparcamiento subterráneo en los terrenos colindantes al Camino de El Soto.
En cuanto  las obras de las aceras, está creando un atasco continuo en la zona escolar. Bien es cierto que solo sucede en determinadas horas del día, pero el problema crea un enorme malestar entre los vecinos. Si había problemas en esa zona, ahora se multiplican por cuatro. Atravesar de la rotonda del Camino Ancho con el Paseo de Alcobendas es un suplicio de difícil, por el momento, solución.
Por último, no quiero olvidarme del Club de Golf La Moraleja. A pesar de todo, nos siguen vetando. Y solo por contar el sentir de la mayoría de los socios. En este número ofrecemos las últimas noticias, la más importante es la demanda de los componentes de una plataforma llamada "ProClub La Moraleja". Hemos intentado hablar con la Dirección del Club La Moraleja, pero no dicen, no contestan. Eso sí, los medios de comunicación propios de la entidad intentan lavar la imagen del Presidente ante el accionariado.