Hay que reconocer que nuestro alcalde es una persona flexible, flexible en todos los ámbitos de su vida, pero, sobre todo, con él mismo. Eso, la flexibilidad, es en principio, para cualquier persona, una virtud, incluso en un político.
Pero claro, como en todo, no conviene exagerar y García de Vinuesa lo ha hecho. Nuestro alcalde se ha flexibilizado tanto que se ha convertido en otro, ¿o no?.
Sin duda es producto de la confianza excesiva, así piensa que no tendrá que rendir cuentas a electores "seguros" por su excesiva flexibilidad.
Aunque esto le lleve a olvidar todas las promesas electorales, es decir digo donde decía Diego. En fin, flexibilidad. Y es que prometió mucho, mucho, y claro, tanto prometer...
Prometió inversiones sin cuento en nuestras Urbanizaciones y, no solo no ha cumplido con las promesas de esas inversiones, si no que además ha desestimado cualquier compromiso plurianual que comprometa el presupuesto municipal (cosa que, cabe recordar, también hacía el anterior gobierno).
Prometió que bajarían las cuotas en las Entidades de Conservación, y de momento lo que ha hecho ha sido eliminar la aportación municipal periódica a El Soto.
Suponemos que los vecinos verán aumentada su aportación mensual o verán mermada su capacidad de mantener la Urbanización.
Prometió mejores relaciones con las Entidades y Comunidades del Barrio y, hasta el momento, además de no haberse siquiera entrevistado con algunos directivos, está acosando a un presidente (otra vez de El Soto) para echarlo.
Prometió, en fin, equipamientos inexistentes a día de hoy ( y ha pasado un año ya).
Pero no importa, es flexible, incumplidor, confiado, al fin y al cabo no nos fallarán, aguantarán, estos electores son de confianza.