La mezcla cultural árabe-francesa, el impresionante desierto del Sáhara, con el oasis de Kebili o la mezcla de sus exhuberantes paisajes hacen volar la imaginación de quienes quieren disfrutar de primera mano con todo lo que se presenta ante sus ojos.
Los primeros pobladores de Túnez fueron los bereberes, pero se trata de un país que por su situación estratégica ha sido objeto de intervención por fenicios, romanos, vándalos, bizantinos, árabes, otomanos y franceses en algún momento de su historia. Un país que obtuvo su independencia en 1856 y cuya religión oficial es el islam.
Los baños públicos o hammam constituyen uno de los centros de la vida en Túnez y se consideran lugares indicados no sólo para lavarse sino para charlar. Las mujeres se encuentran en sectores diferentes, y separadas de los hombres.
No podemos dejar de visitar Tánez y su medina, centro cultural e histórico de la ciudad, donde destaca la mezquita de Zitouna, la mezquita de Youssef Dey o el zoco Souq el-Attarine con miles de especias y aceites aromáticos.No muy lejos, el Museo de Dar Ben Abdallah aloja el Centro de Artes y Tradiciones Populares. La medina fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
Y como si de otro lugar se tratase surge la ‘ville nouvelle’ con edificios de impronta francesa colonial donde destaca la catedral de San Vicent de Paul con una mezcla de estilos arquitectónicos: gótico, bizantino y norteafricano.
Del explendor en la antigüedad de Cartago queda muy poco y está disperso. Cabe destacar las termas de Antonio, el barrio de Magón, o el Santuario de Tofet, lugar de sacrificios con un cementerio anexo donde los hijos de los nobles eran asesinados para apaciguar a los dioses de Baal Hammon y Tanit.
Y en lo alto de un acantilado,a 10 km del noroeste de la capital se encuentra Sidi Bou Saïd donde pasear por sus calles puede llevar a pensar al viajero que se encuentra en una pequeña isla griega puesto que sus casas están pintadas de un azul muy intenso. Su faro, que domina el pueblo,se emplaza sobre un fuerte del siglo IX.
Los más visitados
Tozeur o Matmata son algunos de los lugares más demandados por los viajeros. El primero por su casco antiguo de estrechos callejones y plazas y el segundo por las casas subterráneas de un poblado troglodita al que se accede en vehículos todoterreno tras un safari por el desierto.
Un viaje que ofrece novedosas opciones imposibles de realizar en otros lugares, como las excursiones en camello, la práctica de esquí en las dunas o las regatas de yate en la arena. La observación de aves, los vuelos en hidroavión o la subida en globo son otras de las actividades a elegir.
Cómo llegar
Los principales aeropuertos para vuelos internacionales son los de Túnez-Cartago, Monastir y Jerba.La red de transportes está bien organizada y la mayoría de las poblaciones tienen conexión diaria con la capital.Los taxis compartidos de larga distancia aceptan cinco pasajeros y sólo salen cuando están llenos. El modo más rápido de desplazarse lo constituyen los ‘louages’ ; son furgonetas blancas marca Peugeot con portaequipajes en el techo y signos de identificación en la parte delantera y trasera. Siempre hay alguien gritando los destinos y dirigiendo a la gente a los taxis específicos. El gobierno fija los precios, así que se puede pedir antes la lista de tarifas.