Para darnos cuenta de si nuestro animal está enfermo debemos realizar una sencilla exploración.Os será fácil siguiendo estas pautas:
Vigilar su aspecto general observando si ha habido cambios de peso, pérdida de apetito, si está decaído o se cansa con facilidad…
El estado de la piel y del pelo, debe ser brillante y libre de descamación. Valorar si se le cae demasiado el pelo, si se rasca continuamente o se mordisquea, la aparición de calvas, y sobre todo detectar palpando si tiene alguna masa; cuidar la higiene de los ojos y oídos. Valorar si los ojos están enrojecidos o tienen alguna secreción anormal, si están opacos, así como ver si las orejas están rojas, presentan suciedad, mal olor o simplemente nuestra mascota se rasca las orejas, se sacude o ladea la cabeza; observar su movilidad: si cojea de alguna extremidad, le cuesta subir o bajar escaleras, o tiene dificultad para levantarse; nuestras mascotas también se constipan.
Por ello debemos observar si presenta toses o estornudos, si tiene secreción nasal. Muy importante es vigilar si al respirar normalmente no cierra la boca o se fatiga con facilidad, porque nos puede indicar una alteración en el funcionamiento de su corazón; debemos prestar más atención al estado de su boca, observando si existe inestabilidad o ausencia de piezas dentarias, sarro, salivación excesiva, mal aliento… ya que se deberían hacer limpiezas de boca de manera rutinaria. Habitualmente nos llama más la atención si nuestra mascota tiene vómitos o diarrea, y sin embago no prestamos la misma atención a su forma de orinar. Deberíamos vigilar si orina mucha cantidad o muchas veces, si no puede orinar o si la orina es oscura o con sangre. También debemos observar si existen secreciones anormales de su zona genital o si se lame mucho.
Nos puede parecer complicado el valorar todos estos síntomas en nuestra mascota, pero sólo basta con prestarles un poco de atención para darnos cuenta si existe alguna alteración en su estado general. Ellos nos lo agradecerán y sabrán