Ha llegado el verano y ya estamos preparados para irnos de vacaciones. En el grueso de actividades que podemos realizar en la época estival están la de darse un buen baño en la playa o la piscina y la de relajarse tomando el sol.
Bikinis, sombrillas y toallas formarán parte del equipaje que nos hará compañía durante la estación más deseada del año. Los beneficios del sol con respecto a la salud son de sobra conocidos: estimula la circulación, favorece la absorción de vitamina D, aumenta la concentración de calcio en sangre, vence el cansancio y ayuda a superar problemas como el estrés o la depresión.
Sin embargo exponer nuestra piel sin las debidas precauciones puede acarrearnos serios problemas de salud. Como cada año las autoridades sanitarias recomiendan una serie de medidas encaminadas a la prevención de las quemaduras solares y otros problemas añadidos que conviene recordar siempre.
Durante los primeros días la exposición debe ser gradual y nunca debe exceder los 20 minutos, tiempo que puede ir aumentando de forma progresiva. El peligro de sufrir quemaduras disminuye si se toma a primeras horas de la mañana y últimas de la tarde. Y por supuesto debe evitarse la exposición de 12 a 16 horas. Las cremas bronceadoras deben aplicarse generosamente media hora antes de la exposición y los ojos deben pr