OPINIÓN

El poder de las delegaciones

Elecciones Club Golf La Moraleja

Ricardo Pradas gana a Juan Mato

Miércoles 04 de junio de 2014
Las delegaciones de votos han sido decisivas en las elecciones del Consejo de Administración. Una estrategia con la que deben reflexionar todos los accionistas. La votación debe ser personal en actos transcendentales para el futuro del Club

El anterior presidente del Club Golf La Moraleja, Ricardo Pradas, se mantiene en el cargo cuatro años más. A pesar de la fuerte oposición de su oponente, Juan Mato, y los argumento convincentes de una de las peores gestiones económicas que se conocen en la historia de la Entidad. El precio de las acciones han pasado de un valor de cien mil euros a menos de veinte mil, la cuota de los socios ha aumentado un treinta por ciento y la tesorería ha pasado de un superávit de 118 millones de euros una deuda de 9 millones de euros.

A pesar de este argumento de peso y del histórico (pagos sin justificación, obras sobre-dimensionadas en facturación, etc.) de los diferentes consejos que han precedido al de Ricardo Pradas. Las delegaciones de voto, una vez más, le mantienen en el cargo en los próximos cuatro años. Y decimos esto, porque de los 1.500 accionistas que le han votado, un treinta por ciento lo han hecho en persona, el resto de los votos han sido delegados. Juan Mato, sin embargo, ha contado con mayor presencia personal del voto, pero con una minoría, comparado con la delegaciones aportadas por Ricardo Pradas.

Es la fuerza del poder establecido. Una estrategia que ha sabido utilizar, y muy bien, el Sr. Pradas. Ha contado con la ventaja de estar en el poder y de quienes estuvieron y se hicieron ricos en los menesteres ejecutivos de la Entidad. Gentes con acceso directo a la gran mayoría de los accionistas. Socios que, por edad, no viven la realidad del Club y que han confiando en quienes tenían el poder ejecutivo en los años que practicaban el Golf. Parece increíble que después de todo los sucedido se haya producido este resultado. Es una replica de la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Es más de lo mismo. Son las consecuencias del poder por el poder.Todo ello se traduce en una fácil captación del voto delegado que no ha tenido y podrá tener la oposición

¿Qué va a suceder a partir de ahora? La situación es difícil. Sobre todo, cuando se ha derrochado tanto dinero. Es evidente que los nuevos campos son un gran atractivo, a pesar de que las instalaciones de los servicios no son las definitivas. Suponemos que el Consejo de Administración elegido, artífice en cierta manera de la crisis económica que atraviesa el Club, tomará las medidas adecuadas para que los nuevos campos no resulten una carga para los accionistas. No deben olvidar que de los seis mil accionistas, solo el treinta por ciento utiliza las instalaciones. De éstos, un treinta por ciento –más o menos- no juega o juega poco al Golf; utilizan otros servicios como la piscina, paddel, spa, etc.

En definitiva, el poder de las delegaciones han dado el “poder” a quienes los tenían anteriormente. Algo que merece una reflexión entre el accionariado. Unos socios de los que más del setenta por ciento -como decimos- no juega al Golf y que poco les importa los nuevos campos. Eso si, no entiende que después de tener tanto, ahora se encuentran con la cruda realidad: bajan las acciones, suben las cuotas y el Club se endeuda. Es un tema del que hablaremos en otro momento. Ahora lo que deseamos es que se mejore la gestión. Tienen cuatro años para demostrarlo. Tiempo al tiempo.