De esta manera, y en colaboración con los servicios de seguridad privados de las urbanizaciones, se pusó especial enfasis en los parques públicos, así como en las entradas y salidas de supermercados. La idea era prevenir esta mala costumbre arraigada desde tiempos ha, en el antaño barrío Siete. Es cierto que esta situación ha mejorado mucho en los últimos años y ha sido todo gracias a la labor de las fuerzas de seguridad.
Así mismo, las fuerzas del orden volvieron a contactar con diversas superficies comerciales para que no vendieran huevos a determinados grupos de gente. La Policía Local de Alcobendas blindó las zonas "calientes" en este sentido y es justo ensalzar esta abor policial pues poco a poco, la noche de los muertos vivientes en el distrito va dejando de lado esta terrible manía adquirida entre los jóvenes.