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Ana Botella, de "novata" a alcaldesa de Madrid en ocho años

Ayuntamiento. Hoy toma posesión del cargo

Miércoles 04 de junio de 2014
Hoy accede al cargo de alcaldesa arropada por seis ministros de Mariano Rajoy. José Manuel García Margallo (ministro de Asuntos Exteriores y Cooperacion) y Alberto Ruiz-Gallardón.

Dicen las malas lenguas del PP que el encargo de José María Aznar a Alberto Ruiz-Gallardón de asumir la candidatura popular a la Alcaldía de Madrid (2003), tenía recadito: "su mujer quería, después de su retiro, entrar en política" (2003). Y Alberto supo escuchar el susurro y colocó directamente a Ana Botella en su lista como número 3, sólo después de su mano derecha, Manuel Cobo. Y hoy precisamente accederá al cargo arropada por seis ministros de Mariano Rajoy. José Manuel García Margallo (ministro de Asuntos Exteriores y Cooperacion); Alberto Ruiz-Gallardón (ministro de Justicia); Ana Pastor (ministra de Fomento); José Manuel Soria (ministro de Industria, Energia y Turismo); Luis de Guindos (ministro de Economia y Competitividad) y Ana Mato (ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Aunque no tenía experiencia en gestión pública, Botella fue la primera edil en conocer cuál sería su responsabilidad en el nuevo Ayuntamiento si Gallardón ganaba las elecciones: concejala de Servicios Sociales y Empleo.

Las protestas de algunos grupos feministas y sociales no se hicieron esperar: los servicios sociales municipales no podían volverse un sistema de ayudas más próximo a la visión cristiana que a una estructura asistencial pública. Quizá por prudencia, quizá por intentar escuchar a los que más sabían del tema, Ana Botella sorprendió y, salvo excepciones en las ayudas a ONGs, continuó con la línea en política social que venía marcando el equipo Gallardón desde la Comunidad. Eso sí, las peras seguían siendo peras y las manzanas, manzanas. Pero bajo su mando, su Concejalía aprobó un plan de inmigración, basado en la formación e integración y no en contratos como luego propuso el PP; potenció proyectos de cooperación en Suramérica; e inició planes de ayuda a los jóvenes desde los colegios hasta los parques. Su principal pecado en esta etapa fue perderse, quizá impulsada por otra de las obsesiones de Gallardón, en uno de los mayores fracasos en este ámbito: intentar eliminar la prostitución de centro de Madrid con el llamado Plan Montera.

Un gasto, y desgaste, económico y de esfuerzos públicos.
Quería algo más que servicios sociales Pero ella quería más gestión, más responsabilidad en sus manos, y él, más presencia de Ana Botella. Por eso, en la siguiente legislatura, y tras la sonada pelea entre Esperanza Aguirre y Manuel Cobo por el control del PP de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón decidió que la ex primera dama fuera su número 2 (2007). Una buena forma, se dijo entonces, de que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no le metiera el dedo en el ojo y a alguien en el número 2 al alcalde de Madrid. Nadie iba a abrir la boca contra la mujer de José María Aznar. Con más mayoría absoluta que antes, Ruiz-Gallardón nombró a Ana Botella concejala de Medio Ambiente. Tenía por delante el reto de limpiar el aire de la ciudad, la basura y la construcción de un Madrid Río que iba a ser el no va más de la ciudad. Para la concejala era una forma de demostrar que sí era capaz de hacer política y gestión, más allá de los servicios sociales que muchos menosprecian como un cometido más fácil.


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