La Seguridad Social tuvo un superávit de 3.801,32 millones de euros hasta febrero, un 17,4% menos respecto al mismo periodo de 2010, informó el Ministerio de Trabajo e Inmigración. Este superávit, que representa el 0,35% del Producto Interior Bruto (PIB), fue el resultado de unos ingresos de 2.064,52 millones de euros, que disminuyeron el 1,43%, frente a unos gastos de 16.263,2 millones de euros, que aumentaron el 3,24%. Del total del gasto no financiero de la Seguridad Social, el 95,21%, 15.484,58 millones de euros, fue por prestaciones económicas a familias e instituciones y, dentro de este concepto, la mayor partida, 14.777,37 millones, correspondió a pensiones y prestaciones contributivas, que crecieron el 4,57% en un año.
Garantía de sostenibilidad
Para el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, este superávit de las cuentas de la Seguridad Social en el cuarto año de la crisis es "una garantía de sostenibilidad no sólo de las pensiones de los actuales pensionistas, sino también de futuro para los actuales cotizantes". Según el Ministerio de Trabajo, los gastos previstos pendientes de imputación presupuestaria se sitúan en unos 600 millones de euros, lo que implica la disminución del superávit a 28 de febrero. En términos de caja, las operaciones no financieras suponen una recaudación líquida de 19.016,73 millones de euros, un 0,04% respecto al mismo periodo del año pasado, mientras que los pagos alcanzan los 16.085,71 millones, un 2,91% más. Del total de ingresos, el 91,25% corresponde a las entidades gestoras y servicios comunes de la Seguridad Social y el 8,75% restante a las mutuas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. En cuanto a los gastos, el 95,85% ha sido reconocido por las entidades gestoras y el 4,15% por las mutuas.