La creadora de semejante maravilla, el velero Halcón Maltés, no podía ser otra que la constructora naval, Perini Navi.
Sus tres mástiles son totalmente independientes y las velas se repliegan en menos de 6 minutos.
Su afortunado, y multimillonario propietario, es Tom Perkins, que formó parte de la cúpula de Hewlett-Packard antes de dejar la empresa informática debido a un escándalo de espionaje.
Si por fuera es el velero más grande jamás construido, por dentro es el más moderno.
El arquitecto de interiores, Ken Freivokh, concibió un ambiente basado en la colección de objetos de arte de Perkins; todas las cabinas tienen pinturas y ofrecen una comodidad realmente inaudita. La carlinga del mástil es el atrio, y la transparencia de los pisos permite ver el palo central de la parte inferior, una extraña visión.
En una mesa se encuentra una réplica de un Bugatti modelo 35, la cual con un movimiento se guarda debajo de la mesa, a fin de ahorrar espacio. El yate también cuenta con una bodega de vinos que se puede admirar detrás de los paneles traslúcidos. También dispone, entre sus múltiples accesorios, de un sofisticado minisubmarino.