La típica, y mítica escena española, muy española por cierto, de tomarse un café, o una caña, o una copa, acompañada de un cigarrito, se ha terminado. Se ha terminado en locales públicos, se entiende. De momento, cada uno puede hacer lo que quiera en su casa. El pasado día dos entró en vigor la nueva Ley Antitabaco. Esto es, prohibido terminantemente fumar en locales públicos. Ni espacios acondicionados para fumadores (antes sí que existían) ni nada por el estilo.
Tras llegarse a un acuerdo entre el PSOE, ERC E IU en el Congreso, se aprobó una modificación de la anterior norma, algo más permisiva, para que a partir del 2 de enero de 2011 quedase prohibido totalmente consumir tabaco en lugares públicos. De momento, las reacciones populares, es decir, del pueblo llano, no se han hecho esperar. Se han producido algunos altercados, y el movimiento natural de la mayoría de los ciudadanos es salirse, incluso a pocos grados centígrados a las terrazas. Sí, terrazas, porque en pleno invierno Madrid se ha poblado de ellas para poder dar salida a la petición de los fumadores. Y no sólo eso, las estufas llamadas setas, también pueblan por doquier las aceras. Hasta tal punto se ha llegado que la reserva de este tipo de estufas se ha acabado. Hasta mantas ofertan algunos locales. ¿Y los hosteleros qué dicen de todo esto? Pues la Federación Española de Hostelería estima que con la prohibición total cerrarán sus puertas 70.000 establecimientos, un hecho que provocará la pérdida de 200.000 puestos de trabajo.
Aunque la nueva Ley ya ha empezado a aplicarse, no se puede descartar que el texto definitivo recoja algún cambio y nuevas medidas. Así, Gaspar Llamazares, presidente de la Comisión de Sanidad del Congreso, quiere incluir, como espacios sin humos, los parques infantiles y las proximidades de los hospitales.