La Moraleja

Reciclaje en la urbanización El Soto

El Soto de La Moraleja

Hace unos días aparecieron en las calles de la Urbanización 32 nuevos contenedores, que se sumaban a los 25 existentes, destinados al reciclaje del vidrio.

Redacción | Jueves 13 de febrero de 2025
La Entidad de Conservación de El Soto, junto con el Ayuntamiento, han iniciado, una vez más, una campaña de información sobre los procedimientos establecidos en la ordenanza municipal de limpieza y de concienciación sobre la importancia y conveniencia de reciclar correctamente. Y donde se confía que el civismo y buen hacer la mayoría de los vecinos se imponga sobre la mala práctica de unos pocos, que perjudica a toda la comunidad.

Decimos "aparecieron" dichos contenedores porque así fue: de un día para otro y, según la Entidad de Conservación, no en las ubicaciones más adecuadas ni correctamente posicionados. Inmediatamente manifestamos la queja a los responsables municipales y se acordó una revisión del despliegue, así como la retirada de contenedores en 10 ubicaciones. Actualmente, ya se están reubicando y retirando los contenedores según lo acordado.

Uno de los principales problemas de habilitar en la vía pública ubicaciones para la recogida selectiva de materiales es la proliferación de mini-basureros en la Urbanización de El Soto debido a su uso indebido. Aunque la solución a este problema pueda parecer sencilla, la experiencia demuestra lo contrario: las campañas de información, concienciación, inspección y sanciones aplicadas, entre otras medidas, no han sido suficientes hasta el momento.

Como ejemplo, un caso real. Una vecina de la calle Dalia acudió hace unos días a la oficina de la Entidad de Conservación para reclamar la improcedencia de una multa impuesta por el Ayuntamiento. Los hechos sancionados se remontan a octubre del año pasado, pero la multa la recibió en su domicilio la semana pasada, con una sanción de 180 euros.

La infracción: depositar cartones en la vía pública, incumpliendo la ordenanza de limpieza. ¿Porqué reclama? Nos cuenta que la familia trasladó su residencia a El Soto hace pocos meses y, cuando tuvieron que deshacerse de unas cajas de cartón de un envío de Amazon, consultaron al conserje de su comunidad sobre qué hacer con ellas. Él les indicó que podía dejarlas en la calle. Ella se sorprendió, ya que en Londres, donde habían residido hasta entonces, esta práctica está totalmente prohibida. Sin embargo, el conserje le aseguró que aquí no había problema, que "vienen y lo recogen". Craso error.

Este comportamiento, incentivado por muchos con frases como, "para eso pagamos" o "solo es una caja de cartón", y aprovechado por algunos jardineros para ahorrarse el transporte y la tasa de vertedero, no solo supone un coste económico que se detrae de otras actuaciones igualmente necesarias, sino que además convierte nuestras calles en un "basurero distribuido".

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