Debido a las condiciones meteorológicas de este año, noviembre se ha convertido en el mes ideal para llevar a cabo los tratamientos destinados al control de la procesionaria del pino. A mediados y finales del verano, las mariposas depositaron sus huevos, los cuales eclosionan 40 días después, dando inicio a la plaga si no se toman las medidas adecuadas.
La entidad de Conservación del Soto de La Moraleja aborda el problema actuando en este momento, después de que el huevo ha eclosionado y la larva comienza a desarrollarse.
Por otro lado, para lo que aún no han tomado medidas y tienen la procesionaria en sus bolsones o nidos en las copas de los pinos pueden colocar anillos alrededor del tronco. Esta acción impide que las orugas bajen al suelo, lo que ayuda a prevenir los daños que la procesión de orugas podría ocasionar a nuestras mascotas y también evita su propagación.