Pero durante el estudio y análisis (por parte de la dirección facultativa de la obra, del contratista y de los servicios técnicos municipales) del estado de la estructura que recibió el impacto del forjado caído, se han detectado otras patologías que han ido manifestándose en el resto de la estructura no afectada por el accidente anterior y cuyas causas se están investigando.
Por ello, las obras quedan paralizadas por motivos de seguridad y el plan de actuación a seguir para la subsanación de los defectos detectados. Posteriormente, el Ayuntamiento adoptará las medidas para exigir la corrección de los defectos que se observen, su reparación y la continuación de la obra, según las directrices de la dirección facultativa, hasta su terminación y puesta en uso, teniendo en cuenta que esta actuación tendrá un retraso temporal y que no tendrá ningún coste para el Ayuntamiento.
El problema viene ahora, según últimas informaciones y siempre por seguridad, lo construido va a tener que ser demolido en su totalidad. Parece ser que la constructora echa la culpa a la empresa de materiales y se quiere "lavar las manos". Lo que esta claro es que el Ayuntamiento, en esta ocasión, no tiene la culpa y espera que les den soluciones y que se cumpla el contrato firmado con la constructora.