El Ayuntamiento de Alcobendas y la asociación Ávora emprendieron ayer una campaña de concienciación entre las personas fumadoras del municipio sobre el gran impacto que tiene en el entorno soltar una colilla al suelo, al terminar un cigarro.
El concejal de Medio Ambiente, Jesús Montero, y la concejal de Relaciones Institucionales, Carmen Arcas, acompañaron al equipo de monitores de esta asociación y distribuyeron también ceniceros portátiles reutilizables entre los compradores del mercadillo municipal de todos los lunes. Montero destacó que “el objetivo de esta campaña es reducir el impacto de las colillas en el entorno y el medio ambiente. Apagar bien la colilla y depositarla en un cenicero portátil o en una papelera es un gesto pequeño pero también necesario para cuidar de nuestras calles”.
Los monitores de la asociación Ávora estuvieron en el mercadillo municipal hasta las 13 horas repartiendo cientos de pequeñas bolsitas portátiles y sensibilizando a los fumadores de que su gesto es clave para mantener limpia Alcobendas. Este equipo de Avora volverá al mercadillo los días 5 y 19 de mayo.
Se estima que cada año acaben en la basura 766.571 toneladas de colillas. Cada filtro de cigarrillo contiene fibras de acetato de celulosa, un microplástico que tarda años en descomponerse. Si acaba en el suelo, en los ríos, y, finalmente, en el mar puede ser ingerido por los peces y entrar en la cadena alimentaria.
La campaña quiere potenciar que, al igual que evitamos arrojar al suelo un papel u otros residuos, cuando nos fumemos un cigarrillo ya no lo arrojemos al suelo, un gesto que ya ha calado en determinados lugares como la playa y que es necesario extender a todo el espacio público urbano.
Ávora es una asociación sin ánimo de lucro, creada por los productores de tabaco para ayudar a la correcta gestión de este residuo y concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de desechar adecuadamente las colillas.