La terrible destrucción que la DANA ha causado en Valencia es probablemente la mayor tragedia que muchos hayamos presenciado nunca. Por muchas imágenes que hubiéramos visto antes en TV sobre huracanes, inundaciones, terremotos y otros ataques de la naturaleza, nunca como ahora habíamos sentido la destrucción tan próxima, y tan profunda.
“La DANA ha matado a más de doscientas personas, una cifra terrible, pero a muchos no consuela establecer una escala de desgracias en este apocalipsis.
Hay miles de personas que han sobrevivido, pero han perdido TODO. Entre ellos están los padres que han perdido a hijos, los hijos que han perdido a sus padres, a abuelos, parientes, amigos, vecinos…
La DANA ha matado, pero no solo ha acabado con la vida de más de doscientas personas. Ha destruido años de esfuerzo, de sacrificio, de renuncias. Ha destrozado lo que muchas familias habían construido con sus manos durante años.
El daño ha sido tan profundo que también ha desaparecido para muchos la esperanza en su futuro. ¿Cómo es posible imaginar que alguien va a ser capaz de reconstruir una casa que no es más que una montaña de lodo? ¿Cómo? ¿Con que dinero? ¿Con tus manos?
Muchos han perdido hasta sus recuerdos más íntimos, las fotos de sus padres, las de su boda, las de los hijos… Y saben que jamás recuperaran lo que para ellos eran pequeños tesoros.
La DANA ha destruido la esperanza, ha apagado la luz del futuro, ha inflingido en muchos un daño irreparable.
Tremendas las historias que ahora estamos conociendo. Cuantas personas han perdido la apuesta de su vida, la casa que compraron hipotecándose para siempre, el pequeño negocio recién inaugurado después de utilizar todos los ahorros de la familia…El coche, los electrodomésticos, los préstamos, todo pendiente. ¿Y ahora?
Cuantas personas no habrán podido conciliar el sueño durante muchas semanas. ¿Qué será de nosotros? ¿Qué será de nuestros hijos?
Pero mientras miles de personas están sufriendo como nadie pueda imaginar, algunos responsables políticos tratan de aprovecharse de la tragedia de los afectados para sacar la tajada política que les favorezca.
Porque esto es lo que está pasando. No se están buscando soluciones para evitar que se repita la catástrofe. Ahora el objetivo es que la opinión pública llegue a convencerse de que determinados dirigentes y el partido que los apoya son los culpables. Se buscan trofeos políticos.
Todas las comparecencias, las manifestaciones, los comunicados, buscan rédito político. Los estrategas de los partidos están volcados en diseñar iniciativas que favorezcan a los suyos. Los anuncios de las ayudas millonarias están en la misma línea.
¿Alguien puede creerse que para la política lo primero es trabajar para los damnificados? ¡Qué vergüenza!
Solo los voluntarios merecen nuestro respeto.”