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El Presidente de Nuevo impulso, Iñigo Gómez Pineda

miércoles 04 de junio de 2014, 13:55h

Cuenta Atrás es el título del análisis realizado por Gómez-Pineda sobre las elecciones Generales del próximo nueve de marzo.

A un mes vista de las elecciones generales, la temperatura ambiente comienza a elevarse, si no lo ha hecho ya, a niveles que para muchos comienzan a ser un tanto desproporcionados. En los últimos días hemos asistido a lo que algunos han calificado como una "subasta electoral", en la que los dos grandes partidos nacionales han lanzado una retahíla de propuestas listas para poner en marcha en caso de obtener la victoria. Esto no deja de ser lo propio en una campaña electoral en la que está en juego algo tan importante como el gobierno de la nación para los próximos cuatro años. En este sentido, los ciudadanos recogemos las propuestas electorales como si fueran un bien de consumo más, alegres por el contenido económico de todas ellas. Lejos queda ya la identificación de los votantes con un partido político por sus ideas o valores, su trayectoria o sus logros. Pero que nadie se lleve a engaño, hasta la última propuesta de los programas electorales busca votos que la respalden.


Los líderes políticos tienden a identificar todas y cada una de sus propuestas con su ideario político, lo que en muchas ocasiones lleva a confundir a los votantes más indecisos. Las cosas más importantes en democracia, la unidad nacional, las libertades individuales o  el respeto a la ley, por citar algunas, no representan valores de izquierda o de derecha, son principios fundamentales de cualquier democracia occidental. Lo que puede calificarse de izquierdas o de derechas, es como defender esos valores y el orden de prioridad de los mismos. Borges sintetizó lo que podría representar un gobierno carente de esos valores o principios con esta frase "los gobiernos que todo lo aceptan o todo lo perdonan son aquellos que no comprenden nada o todo lo olvidan". Cada vez son más los ciudadanos que perciben el distanciamiento que hay entre la clase política y los problemas cotidianos de las personas. Esta situación provoca en la sociedad un sentimiento de abandono por parte de quienes han sido elegidos para resolver problemas y no para aplazarlos o crearlos de la nada.
En la actualidad España se caracteriza por tener una sociedad civil que en muchos aspectos carece de principios, principios de los que se nutre la democracia para ser más sólida y que sirven para luchar contra el relativismo que impera en nuestra sociedad. Se puede decir sin temor a equivocarse que la sociedad civil española es pobre, está poco desarrollada y que su influencia es prácticamente nula. Son los jóvenes los que tienen la obligación de cambiar esta situación, en la que no hay opinión más allá de la que esté controlada por los partidos políticos, y en la que ser independiente es como si no existieras. Por ello, es precisamente ahora, cuando debemos exigir a nuestros gobernantes mayor compromiso con los ciudadanos y con el futuro de España, que es el de todos.

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