Llevar a cabo esta acción supone una infracción de la normativa medioambiental vigente en la Ley de Montes y en la Ley de Protección de la Flora y Fauna Silvestre. Además, cualquier plantación en los bosques regionales requiere una autorización específica, especialmente en los espacios naturales protegidos.
Generalmente se suele utilizar como decoración para estas fiestas la variedad “Abies alba”, autóctona de la Península Ibérica solo en el extremo norte, por lo que su introducción en otra zona afectaría a la flora local. Una alternativa para que los árboles tengan una segunda vida es contactar con los ayuntamientos de cada localidad, ya que la mayoría presta un servicio de recogida. De este modo pueden ser empleados en parques o jardines y, si están en buen estado y cuentan con cepellón, pueden crecer fácilmente en esos lugares sin poner en riesgo la biodiversidad vegetal.
En caso de querer insertarlos en un jardín particular, hay que tener en cuenta que pueden alcanzar un gran tamaño, por lo que las raíces necesitan bastante espacio alrededor para desarrollarse. Además, esta especie necesita mucha humedad y una ubicación que evite la exposición directa a la luz del sol.
En cambio, si se opta por la eliminación del ejemplar porque esté deteriorado, se debe depositar en un punto limpio, donde será transformado en abono natural. Hay que recordar que no puede quemarse de forma particular por estar considerado residuo doméstico.