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Ignacio García de Vinuesa, Exalcalde de Alcobendas

Esto no es la democracia
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Esto no es la democracia

Ignacio García de Vinuesa

miércoles 05 de febrero de 2025, 10:00h

La alternancia en el poder es consustancial a la democracia representativa, incluso una condición necesaria, aunque en ocasiones no es suficiente.

Alternancia ejercida por los partidos políticos, que designan a sus candidatos para representar y defender el ideario de la formación a la que representan. Nuestra Constitución señala claramente su papel: “Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política…”

Desde que aprobamos nuestra Constitución y España se constituyó en un Estado social y democrático de Derecho, las elecciones generales han ido alternando el poder entre los dos partidos más importantes, el PP y el PSOE, que por encima de las diferencias ideológicas han contribuido a que hoy España sea un país respetado y admirado en muchos aspectos. Aunque quizás sea más apropiado no decir hasta hoy sino hasta hace un tiempo.

Desde que Felipe González ganó las primeras elecciones democráticas en 1978 los dos grandes partidos políticos que se han alternado en el Parlamento presentaban sus proyectos, intentado que sus iniciativas se convirtieran en leyes, utilizando cuando era necesario el apoyo de otros partidos.

Con la llegada de Pedro Sánchez ya nada es como antes. No es posibles criticar desde la oposición su proyecto político, porque tal proyecto no existe. Hasta ahora votar a un candidato era elegir un modo de gobierno con el que podríamos, o no, sentirnos identificados.

Pero ¿qué tipo de proyecto para España es el que Sánchez está apoyando? Nunca como hasta ahora nos habíamos enfrentado a una situación política en la que el único objetivo fuera salvarla supervivencia del presidente del gobierno. No existe un rumbo trazado, una meta. El gobierno de Sánchez no dedica las sesiones parlamentarias a defender un proyecto, ni tan siquiera ideas. La estrategia es mentir, emponzoñar, descalificar y rechazar cualquier iniciativa de la oposición porque sólo vale lo que proceda de la factoría Sánchez. Democracia de partido único, el sanchista, porque los socios que le apoyan no comparten muchas de sus ideas, solo el reparto del botín.

El esquema, mantener a Sánchez aunque haya perdido las elecciones, es tan disparatado en una democracia que requiere para su ejecución del control propio de una dictadura. De ahí la obsesión de colonizar las instituciones, todas, intentar maniatar a los jueces, amordazar a los medios de comunicación, comprar apoyos con la caja común, e incluso infiltrarse en las corporaciones privadas estratégicas, como Indra o Telefónica.

El gobierno no trabaja para los españoles, sólo para Sánchez, y sus socios le apoyan porque por ello reciben tanto como exijan. Sánchez es un autócrata, no es demócrata. Su ego es su ideología. España debe terminar con este cáncer.”
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